martes, 19 de enero de 2016

Quédate Conmigo (Adaptada)



Capítulo 22


Se dio media vuelta, sorprendida porque sus piernas la sostuvieran, y salió del taller con el corazón destrozado..



Quería emborracharse e iba a hacerlo..

Pero no todavía. En esos momentos prefería sentir las dentelladas de su corazón. El dolor alimentaba su ira y ese enojo era lo único que lo mantenía vivo. Eso, y saber que Tyler era su hijo. Tenía sus ojos y su pelo, su sonrisa... Tyler era su hijo, se repitió con incredulidad. Y de Joanne.

Se había quedado de piedra al enterarse de la verdad, y todo el tiempo había estado convencido de que debía de tratarse de una extraña coincidencia. Apretó la mandíbula, rompió un vaso y tiró una pila de papeles por el suelo..

—¿Qué ocurre? —le preguntó de pronto Jordi mientras miraba el caótico aspecto del despacho de Álvaro.


Este quiso que Jordi dijera algo más para volcar todo su enfado en él; pero se conocían desde hacía mucho tiempo y su amigo sabía cuándo debía hablar y cuándo esperar..

—Tyler es mi hijo —soltó sin rodeos..
—Y deduzco que no lo sabías —comentó Jordi con asombro.
—¿Cómo demonios iba a saberlo? Hasta hace dos horas ni siquiera era consciente de que Joanne y yo nos hubiéramos acostado.
—¿Quieres hablar del tema? —preguntó Jordi con cautela.
—Sí, supongo que sí —supuso Álvaro. No paró de dar vueltas mientras le contaba todo lo que había descubierto: cómo había acabado Joanne en su cama, cómo había desaparecido, los motivos que ella le había dado para no comunicarle su embarazo....
—Me he perdido más de cuatro años de la vida de mi hijo —se lamentó Álvaro cuando hubo terminado—. Su primera palabra, sus primeros pasos, sus primeras navidades... ¿Cómo voy a recuperar todo eso?.
Pensar así no te va a servir de nada —comentó Jordi—. Es mejor que te centres en el presente..
—Eso mismo estoy haciendo —aseguró Álvaro—. No pienso perderme ni un día más de la vida de Tyler. Se va a venir a vivir conmigo.
—¿Y Joanne?.
—¿Qué pasa con ella?, ¿acaso crees que me importa después de lo que ha hecho? —preguntó dolorido..
—Sí, creo que te importa mucho —Jordi miró de nuevo el estado del despacho—. Más que nada en el mundo.
—No me digas qué es lo que pienso —gritó Álvaro —. Se supone que eres mi amigo y si yo digo que no me importa, más te vale estar de acuerdo, o te saltaré los dientes de un puñetazo..
—Tienes razón, Álvaro —Jordi sonrió y se preparó para lo que iba a ocurrir—. Esa mujer no merece la pena. Es una mentirosa y está claro que se acuesta con el primero que pille. No te conviene mezclarte con una mujer así. Por mucho que te atraiga, es obvio que sólo es buena en la cama. Con ese cuerpo y esa cara, cualquier hombre querría seducirla....

Como lo había previsto, esquivó el puñetazo que Álvaro le mandó. Luego dejó que lo agarrara y que le diera un par de golpes en el cuerpo, para desahogarse, hasta que, por fin, decidió que iba siendo hora de poner las cosas claras vio sentó en una silla de un golpetazo.

—Y ahora te digo que de verdad pienso—prosiguió Jordi mientras tomaba asiento al lado de Álvaro, ya desfondado—. Creo que te mueres de amor por Joanne. Creo que deberías acabar con todo este drama y casarte con ella. Hasta el más estúpido es capaz de ver que ella también está enamorada de ti, Álvaro. Lo demás se arreglará solo. Confia en mí, amigo—finalizó Jordi.

Álvaro no podía creer en él. Tenía el corazón roto y no tenía ni idea de qué hacer con todos los pedazos..
—Vuelve a Londres la semana que viene—dijo por fin—. Se quiere llevar a Tyler. ¿Cómo diablos va a arreglarse nada?.
—Hablando con ella, para empezar —respondió Jordi—. ¿Dónde está ahora?.
—Había quedado a comer con Elsie, pero igual ha cancelado la cita. Estaba destrozada cuando se marchó de aquí..
—No me extraña. Y más si le has dicho que le ibas a quitar a Tyler —repuso Jordi—. ¿Cómo sabes que no ha huido con él?.
—No, no se marchará hasta que su padre pueda volver a conducir..
—Elsie se estaba vistiendo cuando me llamaste para que viniera. Llamaré a ver si sigue en casa —Jordi se llevó la mano al bolsillo en el que guardaba su teléfono móvil; pero no lo encontró. Después de buscarlo por el suelo unos minutos, lo encontró tirado en una esquina a la que había ido a parar durante la pelea con Álvaro. Luego, por fin, marcó el teléfono de casa y, al no obtener respuesta, llamó al restaurante... donde tampoco la localizó—. ¡Qué raro que Elsie no haya avisado al restaurante para cancelar la cita! Será mejor que vaya a casa a ver si todo está bien. Mientras tanto, ¿por qué no intentas encontrar a Joanne? Habla con ella, Álvaro. No tienes nada que perder —se despidió Jordi, preocupado por el paradero de Elsie..
—Cariño, ésta no es la solución —dijo la sra Smith mientras metía un jersey en la maleta de Tyler..
—Es la única solución, mamá —respondió Joanne—. Siento mucho no habértelo contado antes. No quería avergonzarte. Perdóname, por favor —le pidió con lágrimas en los ojos..
—No hay nada que perdonar —contestó Janet, también llorosa, mientras abrazaba a su hija—. Papá y yo estamos orgullosos de ti. Siempre lo hemos estado. Os queremos a ti y a Tyler con todo el corazón..

Joanne no había dejado de llorar desde que había salido del taller de Álvaro . Ahora le había contado toda la verdad a su madre e iba a escaparse con Tyler..

Puede que fuera otro error, pero no sabía qué hacer aparte de alejarse de Álvaro lo máximo posible. Estaba segura de que éste estaba tan enfadado que cumpliría con su amenaza de arrebatarle a su hijo y, aunque tuviera que cambiar de ciudad y de trabajo diez veces, eso no sucedería nunca..

Después de terminar las maletas y de meter a Tyler en el coche, Joanne se despidió de su padre y éste la abrazó con más intensidad que de costumbre.

Luego, tras llorar otro poco con su madre, como había llorado Tyler al enterarse de que se iban, arrancó rumbo al aeropuerto. Sólo al llegar a la altura del Rancho Wild recordó su cita con Elsie. Tenía que despedirse de ella. Había sido una buena amiga y quería hacerle saber lo mucho que valoraba dicha amistad..

Giró, avanzó unos metros y, mientras aparcaba el coche, se prometió no quedarse más de cinco minutos.

¿Elsie? —la llamó tras haber golpeado la puerta y no obtener respuesta. Joanne empujó la puerta, que estaba entreabierta, y oyó un gemido que provenía del dormitorio—. ¡Elsie!




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